Loneliness

La cabeza me latía con fuerza. El frio suelo de piedra no había mucho para quitarme esa sensación… ¿piedra? Levante la cabeza y abrí los ojos. La oscuridad nuevamente me rodeaba, cortada apenas por pequeñas velas en las paredes. Me puse de pie y note los barrotes que me rodeaban. Una celda. Volví a cerrar los ojos y respire profundamente, tratando de recordar.

Esa criatura... no logre verla completamente. Solo note los ojos oscuros antes de caer en la inconciencia. Oscuros y vacíos. Era como mirar al espacio sin estrellas, o el más profundo del mar. No era algo hermoso, era terrorífico. Sin luz, todo es terrible.
Temblaba levemente por el frio, solo llevaba encima una camiseta y la ropa interior, es normal. Mis pies desnudos tocaban la piedra, y mi piel descubierta sentía el frio de lo que parecía un calabozo.

El silencio parecía ser mi única compañía en ese sitio de tortura. No comprendía porque yo, porque debía pasarme esto a mí. El despertador decía que yo era alguien iluminado, destinado a grandes cosas… entonces, ¿por qué arranco esa luz de mí, y me entrego a esta oscuridad?

Solo sé que estas marcas me condenan a la oscuridad. Ya no pertenezco a la humanidad, soy alguien fuera del círculo de la inocencia. Un parasito. Y ahora voy a ser eliminado… ¿no? ¿Eso es lo que me sucedería? Entonces…

¿Por qué no siento miedo? Solo sentía la soledad de la celda clavarse en mi afiebrada mente. O tal vez… tal vez no era la soledad. Mire para todos lados, y lo vi.
El despertador.

El hombre que me hizo lo que soy ahora. El padre de esta bestia que yo era ahora. Una criatura perseguida por la oscuridad. Sus ojos se clavaban en mí, por debajo de su capucha. No podía verlos, pero los sentía en mí. Estaba midiéndome, buscando algún defecto en su trabajo, tal vez.

Cuando por fin noto que lo descubrí, sin decir una palabra, dejo un fajo un papeles frente a mí, y se fue. Me acerque al mismo y lo mire. Era mi manuscrito. Mi historia. Mi fantasía. En la que yo era el salvador, y la gente me llenaba de alabanzas…por supuesto que nadie quiere un final feliz estos días. Todo es sangre. Todo es horror.

Y ahí lo note. Porque estaba allí. Y ahora… solo me quedaba esperar en esta soledad a mi final.

En la oscuridad.